por Redacción Kampodomo | Abr 7, 2023 | Climatización
El invierno puede ser una época difícil para las finanzas, especialmente cuando los costos de calefacción suben. Pero no te preocupes, hay varias formas de ahorrar en calefacción sin sacrificar la comodidad.
En este artículo, te daremos los mejores consejos para ahorrar en calefacción, los cuales te ayudarán a reducir tus gastos de energía y mantenerte caliente durante los meses fríos.
Cómo ahorrar en calefacción sin pasar frío en invierno
1. Aísla tu hogar adecuadamente
Uno de los primeros pasos para ahorrar en calefacción es asegurarte de que tu hogar esté bien aislado. Revisa el ático, las paredes y los pisos para identificar posibles áreas de infiltración de aire.
Sellar las grietas y añadir aislamiento térmico en estas áreas puede mejorar la eficiencia energética de tu hogar y reducir tus gastos de calefacción.
2. Utiliza termostatos programables
Un termostato programable te permite ajustar la temperatura de tu hogar automáticamente en diferentes momentos del día. Así que, en efecto, podrás reducir la temperatura cuando no estés en casa o cuando estés durmiendo, lo que a su vez reduce tus gastos de energía.
3. Aprovecha el calor natural del sol
Durante el día, abre las cortinas y persianas de las ventanas que dan al sur para permitir que entre el calor natural del sol. Cuando este se ponga, cierra las cortinas para conservar el calor en el interior.
4. Mantén un mantenimiento regular de tu sistema de calefacción
Realizar un mantenimiento regular de tu sistema de calefacción garantiza que funcione de manera eficiente.
Cambia los filtros regularmente y programa revisiones anuales con un profesional para asegurarte de que tu sistema esté en óptimas condiciones.
5. Usa calentadores de espacio con moderación
Los calentadores de espacio pueden ser una forma eficiente de calentar habitaciones individuales. Sin embargo, úsalos con moderación, ya que pueden consumir mucha energía. Asegúrate de elegir calentadores de espacio certificados y sigue las precauciones de seguridad al usarlos.
¿Qué es más rentable: calefacción de gas, gasoil o eléctrica?
Determinar qué tipo de calefacción es más rentable depende de varios factores, como los precios locales de los combustibles, la eficiencia de los sistemas de calefacción, la infraestructura disponible y las condiciones climáticas en tu ubicación.
A continuación, se presenta una breve comparación de los tres tipos de calefacción mencionados:
Calefacción de gas:
- Generalmente más rentable que la calefacción eléctrica en áreas donde el gas natural es accesible y asequible.
- Los sistemas de calefacción de gas suelen ser más eficientes que los de gasoil y eléctricos.
- Produce menos emisiones de CO2 en comparación con el gasoil.
- Requiere una conexión a la red de gas y mantenimiento regular.
Calefacción de gasoil:
- Puede ser una opción rentable en áreas donde el gas natural no está disponible o es costoso.
- Los sistemas de calefacción de gasoil suelen ser menos eficientes que los de gas, pero más eficientes que los eléctricos.
- Produce más emisiones de CO2 que el gas natural.
- Requiere almacenamiento de combustible y mantenimiento regular.
Calefacción eléctrica:
- Puede ser rentable en áreas donde la electricidad es barata o donde se utilizan fuentes de energía renovable.
- Los sistemas de calefacción eléctrica son generalmente menos eficientes que los de gas y gasoil, pero su eficiencia puede mejorar con el uso de bombas de calor.
- No requiere almacenamiento de combustible y generalmente requiere menos mantenimiento que los sistemas de calefacción de gas y gasoil.
- Produce emisiones de CO2 dependiendo de la fuente de electricidad utilizada (menos emisiones si se utiliza energía renovable).
por Redacción Kampodomo | May 20, 2019 | Climatización, Sostenibilidad
Cuando llega el momento de recurrir a la calefacción en invierno o a refrescar la casa en verano, el sistema de climatización que utilicemos puede ser determinante en la factura a final de mes. En este artículo te contamos cómo funciona un sistema de climatización por bomba de calor y por qué es una alternativa más respetuosa con el medio ambiente y más económica para tu bolsillo.
Climatización por bomba de calor
Una bomba de calor es una máquina térmica cuya función es mantener caliente el interior de una estancia cuando fuera hace frío y, gracias a su función reversible, mantenerlo fresco cuando fuera se registran altas temperaturas. La principal característica de la bomba de calor es que transporta el calor en vez de generarlo; de ahí su bajo consumo eléctrico. De esta forma, la bomba toma la energía térmica de una fuente cercana y la traslada al interior de la casa para mantener los niveles de temperatura óptimos.
Las formas en que la bomba puede transportar el calor a través de la vivienda son variadas. La más popular es a través de la ventilación; es, también, la que requiere una menor inversión. Otra opción es través de un circuito de agua, por lo que combina idealmente con una instalación de suelo radiante.
Las fuentes de energía térmica que utiliza una bomba de calor son siempre naturales: pueden ser el aire, el agua o la tierra. Por esto, además de por su bajo consumo, la bomba de calor es considerada una alternativa sostenible frente a los sistemas de climatización tradicionales.

Sistemas de aerotermia en el exterior de las viviendas
Fuentes de energía térmica naturales: aerotermia y geotermia
La extracción de energía térmica de fuentes naturales como el aire o la tierra es conocida como aerotermia o geotermia, respectivamente. La energía aerotérmica es aquella que procede del aire, y se extrae mediante un dispositivo que debe colocarse en el exterior de la vivienda. Esta es una de sus desventajadas: al estar fuera, queda expuesto a las inclemencias del tiempo y puede requerir mantenimiento con mayor frecuencia que un sistema geotérmico.
La geotermia por su parte toma la energía que queda acumulada en forma de calor a pocos metros bajo la superficie de la tierra. Esta temperatura permanece prácticamente constante durante todo el año, por lo que es una fuente de energía muy ventajosa.

Sistema de geotermia combinado con instalación de suelo radiante.
Una tercera fuente natural de energía térmica es el agua, pudiendo darse en forma de río o corriente subterránea. La bomba de calor funciona en combinación con alguna de las tres, extrayendo el calor y trasladándolo al interior de la vivienda.
Ventajas de la bomba de calor
Las ventajas de la bomba de calor son muchas, algo que le ha valido para ser seleccionada como la Mejor Tecnología Disponible para calefacción de espacios según la Agencia Internacional de la Energía.
- Confort. Gracias a mantener una temperatura óptima constante en los hogares, genera un espacio de máximo confort para los inquilinos.
- Eficiencia energética. La bomba de calor es capaz de transportar más energía térmica que la electricidad que consume, lo que la posiciona como un dispositivo altamente eficiente.
- Sostenibilidad. Además de suponer un bajo consumo precisamente gracias al punto anterior, utiliza energía procedente de fuentes renovables como son el aire, el agua y la tierra, por lo que es sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
- Altamente funcional. Una bomba de calor es capaz de generar calefacción, refrigeración y agua caliente en el hogar mediante un único equipo, lo que la convierte en un aparato altamente funcional durante todo el año.
- Ahorro económico. Su bajo consumo eléctrico se nota en la factura a final de mes, suponiendo un gran ahorro frente a otros sistemas de climatización.
En definitiva, la bomba de calor es una alternativa a tener en cuenta en lo que a sistemas de climatización se refiere. Sus muchas ventajas hacen de ella el sistema ideal en la gran mayoría de los casos, y su combinación con las fuentes de energía naturales la sitúa entre las vías de climatización más sostenibles. No en vano, en el informe de 2011 sobre energía de Greenpeace, la bomba de calor fue mencionada como mejor sistema de calefacción de entre los disponibles.
por Redacción Kampodomo | Mar 4, 2019 | Climatización, Sostenibilidad
Una cubierta vegetal es, como su propio nombre indica, un techo verde. Las cubiertas vegetales ayudan a mejorar la eficiencia energética de los edificios gracias al ahorro que suponen en el consumo de energía, una preocupación creciente de la que ya hemos hablado en este blog.
Las cubiertas vegetales como aislamiento
Las cubiertas vegetales se emplean como aislamiento y sirven para controlar la humedad y regular la temperatura del interior del edificio, gracias a la inercia térmica. La inercia térmica es la capacidad que tiene un material o una superficie de conservar la energía térmica recibida, como la calefacción o el aire acondicionado, e ir liberándola progresivamente.
Además, en verano, la temperatura de la superficie de una cubierta vegetal es muy inferior a la de un techo convencional. En las ciudades, los techos de asfalto convencionales son una de las principales causas del conocido efecto “isla de calor”, por el cual las temperaturas en área urbana suelen encontrarse por encima de las zonas más periféricas o rurales (2-4ºC). Este tipo de superficies absorben y acumulan la radiación solar, favoreciendo el calentamiento general del edificio. Por contra, las cubiertas vegetales reflejan gran parte de la radiación solar, con lo que ayudan a mantener temperaturas más bajas y agradables en verano. Además, también ayudan a refrescar el entorno gracias a su proceso de evapotranspiración y a la propia sombra que producen las plantas.
Así, las cubiertas vegetales favorecen el ahorro en el consumo de energía en nuestras casas, ya que no necesitaremos recurrir a la calefacción o al aire acondicionado ni con tanta frecuencia ni a niveles tan altos.

Beneficios de los techos verdes para las ciudades
Además de favorecer el enfriamiento tanto de edificios como de ciudades enteras en verano, las cubiertas vegetales son una técnica constructiva que aporta toda una serie de beneficios a nivel local, no sólo de cara al edificio en el que se encuentran.
Reducen la contaminación y mejoran la calidad del aire
Las cubiertas vegetales purifican el aire, y así, ayudan a reducir la contaminación, una preocupación apremiante en ciudades grandes como Madrid, Londres o Roma. Con el simple proceso de las plantas de convertir CO2 en oxígeno, las cubiertas vegetales filtran el aire de nuestras ciudades y lo purifican.
Ayudan a gestionar el agua de lluvia
Debido al aumento de la urbanización, nuestras ciudades de hoy en día son incapaces de gestionar de manera adecuada el agua proveniente de la lluvia, y es que las redes de alcantarillado a veces son insuficientes. Las cubiertas vegetales absorben gran parte del agua de la lluvia, lo que ayuda a retardar la descarga en el sistema de alcantarillado y así estabilizar el nivel de las aguas subterráneas y reducir el riesgo de inundaciones.

Reducen el ruido interior y exterior
Las cubiertas vegetales atenúan el ruido ambiental tanto dentro como fuera de los edificios, por lo que son muy recomendables en las ciudades, donde los ruidos de las diferentes actividades se acumulan unos sobre otros.
Las plantas nos aportan una gran cantidad de beneficios en nuestro día a día, como ya hemos visto en este blog, y su utilización en la construcción de cubiertas vegetales no hace más que afianzar este hecho. Tanto a nivel energético y económico como a nivel local y social, las cubiertas vegetales son una buena práctica especialmente conveniente en las grandes ciudades.
por Redacción Kampodomo | Feb 11, 2019 | Climatización
A la hora de elegir sistema de calefacción es nuestros hogares, podemos tener dudas entre dos modelos: suelo radiante o radiadores. En este artículo vamos a intentar despejarlas, desglosando las diferencias y señalando las ventajas y las desventajas de cada sistema.
¿Qué es el suelo radiante?
Los sistemas de calefacción de suelo radiante consisten en la emisión de calor por parte del agua que circula a través de la red de tuberías instaladas bajo el suelo, de forma que al distribuir agua caliente por ellas el calor generado se extienda por la casa. El suelo radiante también puede ser eléctrico, en cuyo caso se instala un sistema de resistencias en vez de de tuberías, aunque este modelo es notablemente más caro.

Coste económico y consumo
El suelo radiante supone una mayor inversión de entrada, pues su instalación es mucho más compleja que la de los radiadores, pero a cambio consume mucho menos en el día a día porque funciona con un circuito de agua a baja temperatura (30-45º), frente a los 70-80º de temperatura que precisa un radiador convencional para conseguir distribuir el calor hacia el hogar.
Esta característica es, a su vez, una desventaja: al distribuir el agua a una temperatura más baja, los sistemas de calefacción de suelo radiante tardan más que los radiadores en calentar la casa, por lo que no suelen recomendarse en hogares en los que más de la mitad del día, ésta va a estar vacía. También cabe mencionar que, debido a este mismo motivo, los sistemas de suelo radiante no se adaptan bien a los cambios bruscos de temperatura exterior, pues su reacción tarda mucho en hacerse efectiva.
Confort y eficiencia
Sin embargo, la principal ventaja del suelo radiante es el confort: gracias al reparto uniforme de calor, la temperatura ambiente será la misma en todas las partes de la casa, en vez acumularse en zonas puntuales como sucede con los radiadores. Al irradiar el calor desde abajo, el aire caliente sube de forma homogénea hacia arriba, consiguiendo un alto grado de comodidad.

Otro punto importante a favor del suelo radiante es su eficiencia energética, gracias a funcionar con un circuito de agua a bajas temperaturas.
Qué sistema es más adecuado para nuestro hogar: suelo radiante o radiadores
La eficiencia energética y el confort del suelo radiante resultan muy atractivas, pero el tiempo que tarda en calentar la casa y su baja capacidad de adaptación a las temperaturas externas hacen que sea un sistema poco práctico en según qué casos; por ejemplo, en hogares en los que la mayor parte del día no hay nadie en casa y sólo se precisa poner la calefacción a última hora de la tarde. Frente al suelo radiante, los radiadores convencionales tardan menos en calentar la casa y pueden ofrecernos el pico de puntual de calor que necesitamos al final del día.
Sin embargo, en viviendas que están ocupadas durante todo el día, las necesidades cambian y el suelo radiante puede ser una buena opción.