¿Qué es el consumo casi nulo? ¿Qué características debe reunir una casa para ser considerada pasiva? ¿Qué es el estándar PassivHaus? Cuando vemos menciones al concepto de casa pasiva, muchas veces no sabemos con exactitud a qué se refiere exactamente. Aunque los términos son similares entre sí, aluden a cosas distintas, lo cual puede inducir a confusión. En este artículo intentamos aclarar todas las dudas que puedas tener en torno a las casas pasivas o de consumo casi nulo.
Casas pasivas y el consumo casi nulo
Una casa pasiva, también llamada de consumo casi nulo, es aquella en la que todo el aporte necesario de energía procede de fuentes no sólo renovables, sino naturales, de forma que la obtención de esta energía se lograra de un modo pasivo.
Fuentes de energía renovables pueden ser la luz solar, la cual se transforma a través de placas solares, o la aerotermia y la geotermia, sistemas mediante los cuales se extrae energía de la fuerza del aire y de la tierra. Sin embargo, una fuente de energía natural implica que gracias a un diseño arquitectónico inteligente, una casa es capaz de mantener unos niveles de estabilidad térmica, confort e iluminación idóneos simplemente aprovechando las condiciones bioclimáticas del lugar donde está ubicada. Una casa pasiva es capaz de ofrecer durante todo el año una temperatura interior confortable sin necesidad de recurrir a sistemas de calefacción.
Todo esto implica una eficiencia energética máxima, muy por encima de los niveles de construcción convencional, por ello se conocen también como casas de consumo casi nulo.
Características de una Passivhaus
¿Cómo consigue la arquitectura bioclimática aprovechar las condiciones exteriores para lograr un nivel de confort aceptable en el interior de la vivienda?
Máximo aprovechamiento de la energía solar
Una de las principales premisas de las casas pasivas es la orientación hacia la cual se colocan las ventanas y salidas. Con una orientación hacia el sur o suroeste, una casa pasiva es capaz de garantizar iluminación natural durante el día y una climatización idónea a partir del propio calor del sol, el cual se puede acumular y distribuir en función del diseño arquitectónico.
Puertas y ventanas con altas prestaciones
En una Passivhaus, tanto las puertas como las ventanas tienen que tener unas importantes prestaciones, porque las aberturas en las mismas permiten las mayores fugas energéticas en toda la vivienda.
Las ventanas tienen que conseguir el sello de “componente certificado”, para lo cual deben cumplir una serie de requisitos (por ejemplo, estar construidas con un vidrio altamente eficiente).
Buen aislamiento térmico
El aislamiento es una de las bases sobre las cuales se asienta el Passivhaus. El objetivo es reducir al mínimo las pérdidas de calor dentro de las viviendas durante el invierno, y tratar de aislar de las altas temperaturas en los meses de verano. Para lo cual, es necesario que la casa cuente con un gran aislamiento en toda la envolvente.
Ausencia de puentes térmicos
Es fundamental en las casas pasivas que los puentes térmicos se fabriquen y se monten prestando especial atención a esquinas, uniones, juntas, etc. A través de estas, se suelen producir pérdidas o ganancias que no son deseables, y las temperaturas superficiales en estas zonas suelen ser más bajas que en el resto de la envolvente, por lo que puede aparecer moho.
Sistema de ventilación de calidad
Otra parte importante de las casas pasivas es el sistema de ventilación, el cual es capaz de proporcionar aire de buena calidad sin interrupción, sin causar pérdidas térmicas ni generar corrientes de aire.
Estas viviendas tienen que contar con un sistema de ventilación controlada de alta eficiencia con recuperación de calor, que renueve de forma constante y controlada el aire del interior de la casa. Ello permite la mejor calidad posible del aire interior, porque además, estos sistemas disponen de unos filtros para depurar el aire y evitar que entren partículas contaminantes.
De todas formas, cabe mencionar que las fuentes de energía naturales que rigen el diseño de las casas pasivas siempre están en combinación con fuentes de energía renovables, como el uso de placas solares, ya que una vivienda necesita electricidad para el uso normal de la misma: electrodomésticos, iluminación por la noche, etc.
El estándar Passivhaus
El concepto de casa pasiva como la conocemos hoy surge por primera vez en 1988, en una conversación entre los profesores Bo Adamson, de la Lund University de Suecia, y Wolfgang Feist, del Instituto de Vivienda y Medio Ambiente de Alemania. Años más tarde, el segundo fundaría el Passivhaus-Institut, desde el cual promovería el estándar Passivhaus. Este estándar certifica los edificios construidos con las condiciones determinadas de la institución.
El certificado Passivhaus es un estándar de certificación energética voluntaria que pueden obtener edificios de obra nueva y rehabilitados en todo tipo de climas, que trata de conseguir el mayor confort posible para sus habitantes, el menor consumo de energía posible y una buena calidad del aire interior. Este certificado se ha popularizado de forma notable en España de unos años a esta parte.
A pesar de compartir nombre, no todas las casas pasivas cuentan con el certificado de Passivhaus, aunque todas las viviendas con el certificado de Passivhaus son casas pasivas.
Las casas pasivas suponen un importante ahorro en la energía que necesitan para funcionar con normalidad, llegando a niveles de consumo casi nulo. En términos de eficiencia energética, no hay nada por encima. Ahora bien, este tipo de vivienda queda lejos de las de construcción convencional. Aunque el estándar Passivhaus es bastante popular en países como Alemania o Suiza, en España los casos de construcción de casas pasivas son aislados. Aún así, los criterios de construcción de la arquitectura bioclimática son más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente que otros, por lo que la innovación en el sector no puede dejar de tenerlos en cuenta.