¿Conoces el Certificado Energético? ¿Sabes en qué consiste la escala de calificación energética? En este artículo, tratamos de disipar las dudas que puedas tener en torno al Certificado Energético y su calificación en España.
Qué es el Certificado Energético de vivienda
El Certificado Energético de vivienda entró en vigor en junio de 2013, a raíz de la aprobación del Real Decreto 235/2013. Es un documento que recoge las características energéticas de un edificio, el consumo de energía del mismo y sus emisiones de CO2, pudiendo ser valorado, en función de esto, como como muy eficiente energéticamente, o todo lo contrario, muy ineficiente. Sin embargo, no es todo blanco o negro. La escala de calificación energética, como sucede con los electrodomésticos, va de la A a la G, siendo la primera la que puntúa la mayor eficiencia.
Desde su entrada en vigor, es obligatorio obtener el Certificado Energético a la hora de poner en venta o alquiler un inmueble. Esta responsabilidad es del propietario y de no hacerlo se podría incurrir en sanciones.
Calificación energética: A, B y C, las más eficientes
Las calificaciones A, B C ocupan los primeros puestos en la escala de la calificación energética, y significan que la vivienda que los ha obtenido tiene un alto grado de eficiencia en su consumo de energía.
La calificación A hace referencia a las casas de consumo casi nulo, es decir, aquellas que reducen hasta en un 90% el consumo de energía gracias a ciertos sistemas de climatización y un buen aislamiento. La calificación B se otorga viviendas muy eficientes que ven reducido su consumo energético hasta casi el 50% de lo que consume la media de inmuebles en España. Las casas certificadas con calificación C, por su parte, consumen hasta un 25% menos que la media española.
Calificación energética: D y E, la media española
La calificación D hace referencia a las viviendas con una eficiencia ligeramente superior a la de la media, es decir, casas con pequeñas mejoras como ventanas de doble cristal o un sistema de climatización más eficiente.
Por su parte, la media española se sitúa en la calificación E. Los inmuebles calificados con la E responden a un modelo de calidad estándar que cumple con los requisitos de edificación en España.
Calificación energética: F y G, las peor acondicionadas
Las calificaciones F y G son las últimas en la escala de eficiencia energética y significa que los edificios que las tienen están mal acondicionados. Por lo general, suele tratarse de edificios viejos, de más de 40 años de antigüedad, que consumen entre un 25% y 50% más de energía que la media española. Son edificios con un tipo de aislamiento mínimo o inexistente y sin instalaciones de calefacción adecuadas, por lo que estos inmuebles necesitan consumir más energía para alcanzar un grado de confort aceptable.
Son viviendas que necesitarían reformas para mejorar la eficiencia energética de la casa, la cual, al final, se traduce en la comodidad y el ahorro económico de quienes viven en ella.
El Certificado Energético de vivienda, a pesar de su obligatoriedad a la hora de poner en venta o alquiler una propiedad, es un documento meramente informativo, no hay ningún tipo de penalización o recompensa por obtener una calificación u otra. Sin embargo, sí que puede recomendar mejoras de cara al consumo energético. A no ser que tu casa necesite una gran reforma, en Kampodomo te damos una serie de trucos y buenas prácticas que puedes aplicar para mejorar ligeramente la eficiencia energética de la misma.